Bueno… llegó el día que me dieron ganas de contar mi historia, mis heridas curé…En el año 2005 con un hijo en el jardín, una hija en guardería y transitando una etapa de mucho trabajo, a mediados de mayo, sentí un dolor terrible de estómago, sentía por las noches, como si me clavaban algo, y el dolor repercutía en mi espalda.
Soy de La Plata, pensando que tenía una úlcera o similar fui al hospital, allí me dieron turno para una endoscopia a los quince días, cuando la hicieron recuerdo que era viernes, el médico observó algo que no le gustó y me citó para el lunes siguiente, fui sola, a buscar el resultado, Me habló tranquilo y me dijo el diagnóstico: es linfoma gástrico, tenemos que operar urgente, punción de médula, quimioterapia, rayos, ano contra natura, y no sé qué más, en mi cabeza no entraba tanta información. En mi diccionario mental, no estaba la palabra linfoma, salí muy aturdida…. Soy informática, empecé a googlear, la típica…la verdad que mi panorama no era el mejor, le conté a mi marido y a partir de ahí comenzó un nuevo camino que había que surfear. Antes de seguir con todas las indicaciones que me dio el médico quise buscar una segunda opinión, y luego de consultar a uno y otro, buscar en internet, etc. hicimos la interconsulta en Fundaleu (la GRAN FUNDALEU), donde me atendió la Dra. Isolda Fernández.
Isolda nos indicó que por nada del mundo me opere y que debía hacer quimioterapia, lo más rápido posible, batería de estudios, y análisis, en fin…. Salimos de ahí, confirmando el diagnóstico Linfoma gástrico y con consignas distintas por hacer.
Obviamente, mi vida pegó un giro de 180 grados, la noticia fue como si me hubiera dado un golpe contra una pared y se me detuvo el mundo. Cambiar mi chip, ocuparme de mi. Un nuevo camino por recorrer. Durante julio y agosto me hicieron nuevos estudios, se definió el estadio, tratamiento a seguir, como serían las aplicaciones, cuantas, en fin… En uno de esos días, vino mi hermano a casa (que vivía lejos), preocupado, y me dio un abrazo tan fuerte que hasta hoy puedo sentirlo, y me dijo saldrá todo bien…. El 12 de julio de ese año, el fallece por un accidente y yo en el medio de mi tormenta…
Me internaba en Fundaleu, donde hacía ahí la quimio, generalmente el viernes y me quedaba hasta el sábado, arranqué el tratamiento.
La primera aplicación, recuerdo que me vino a ver Santiago Pavlovsky (que desde algún lugar nos estará leyendo) y le pregunté: ¿qué me están haciendo Santiago?, el me respondió, tomándome la mano, estamos tirando un misil directo a tu estómago, pero te vas a curar, con un tono tan seguro y tan calmo, que me hizo sentir que estaba en el lugar correcto, los miedos, que lógicamente uno los tiene y muchos, empezaron a ser menos. Isolda… que puedo decir, ¡UNA GENIA!, siempre concisa, precisa, práctica, dando tranquilidad con sus indicaciones, es un ser especial para mí. El equipo de Fundaleu, ¡lo mássss!, contención absoluta en todo momento de todos y cada uno.
En diciembre me hicieron la última quimio. La vida me dio otras oportunidades, y tal es así, que en octubre de 2006 nació mi tercer hijo Felipe (que tiene la mejor sonrisa del mundo). Cuando Isolda y mi ginecólogo Gustavo se enteraron que estaba embarazada fines de enero de 2006 luego de terminar la quimio en diciembre de 2005, no les puedo decir ¡sus caras!
Acá estoy 19 años después contando mi historia. La vida me enseñó que cada uno tiene su camino, con un recorrido por realizar con escollos y sorpresas. Donde muchos años tardé en comprender porque mi hermano que estaba súper sano se fue y yo que era la que estaba enferma, acá estoy.
Por otro lado, entendí que la vida me dio la oportunidad de aprender que la salud y el tiempo son las dos cosas más importantes para mí y que los escollos que se nos presentan dan miedo y mucho, pero no son imposibles de atravesar, y más aún cuando se sabe que el equipo que nos guía y acompaña es lo mejor; no sólo por lo profesional, sino también por su calidez humana, todo es mucho más fácil, sólo es poner GARRA de nuestra parte, ¡se sale!.
¡Infinita gratitud hacia Isolda, a Fundaleu, y todo el equipo SIEMPRE!. ¡La vida es bella! Y como dice la canción “… Soy de este barco el capitán, Y aunque me haya llevado donde quiso él. Y me haya perdido en mil mares. Hoy naufragué en el que arde de sales. Y mis heridas curé, Y ahora voy por la vida con marcas. De alegría, dolor, soledad y amor …”